En pleno escándalo de las tarjetas ‘black’ de Caja Madrid y Bankia, el empresario Javier López Madrid recibió el cariño y apoyo de varios amigos, entre ellos los reyes de España a través de los mensajes de “Ltzia” el 15 de octubre de 2014: “Te escribí cuando salió el artículo de lo de las tarjetas en la mierda de LOC y ya sabes lo que pienso Javier. Sabemos quién eres, sabes quiénes somos. Nos conocemos, nos queremos, nos respetamos. Lo demás, merde. Un beso compi yogui (miss you!!!)”. Y es que en los círculos de amigos del Rey hay de todo: cortesanos, amigos imputados, compañeros de clase, confidentes, validos... y enemigos entregados a las astucias. Así lo han atestiguado los periodistas Daniel Forcada y Alberto Lardiés en su libro, “La corte de Felipe VI” (La esfera de los libros), un manual imprescindible para saber quién es quién en los pasillos de Palacio.
Amigos, enemigos y validos pululan en el entorno más cercano de Felipe VI y la reina Letizia y constituyen, en el sentido más amplio de la palabra, la corte de los nuevos reyes de España. Unos reyes que se han empeñado en regenerar la institución, apartar del primer plano a las ovejas negras de la familia y marcar distancias con el funcionamiento opaco que caracterizó la era de don Juan Carlos.Este es un libro sobre la corte, pero no un libro cortesano. En sus páginas el lector encontrará palabras inesperadas –«¿Acaso soy el único español que no se puede divorciar?»–, pactos soterrados, venganzas familiares y otros muchos secretos sobre los amigos del hombre y los hombres del rey.
La corte de Felipe VI: amigos fieles, 'ovejas negras', imputados y enemigos. Este es el retrato en crudo de una familia desestructurada, recelosa entre sí, en la que unos intrigan contra otros, y unida por un único objetivo: la supervivencia de la Corona. En estas páginas se detallan todos los círculos concéntricos que giran en torno a los inquilinos de La Zarzuela. Desde los amigos de la jet set y la alta sociedad que han acompañado a Felipe cuando estudiaba en el Colegio de Los Rosales y que nunca han terminado de entenderse con doña Letizia, hasta sus compañeros del mundo del deporte, la vela y el empresariado, pasando por los altos cargos que trabajan en palacio. Todos ellos, algunos desconocidos para el gran público, forman parte de la esfera de confesores y consejeros del nuevo monarca, un hombre prudente y poco campechano.
Los autores hacen hincapié en cómo el Monarca, en su faceta de Jefe del Estado, ha ido retirando de su lado a personajes con problemas. Los primeros: a su propia hermana, la Infanta Cristina, y a su cuñado, Iñaki Urdangarin, quienes se sientan en el banquillo de los acusados. También han marcado las distancias con Carlos García Revenga, ahora en pleitos con la que durante más de 20 años ha sido su casa. O el regatista Kiko Sánchez Luna, artífice del CAM con el que navegaba el entonces príncipe de Asturias cada verano en Palma. Este medallista olímpico, exconcejal del PP en Alicante, fue detenido en 2014 en una operación conjunta de la Agencia Tributaria, la Guardia Civil y la Policía, que les acusó de evadir en torno a 700.000 euros. "Una vicisitud que ha hecho que el entorno de Felipe evite hablar del tema para no ensuciar la corona con los trapos sucios de los cortesanos que la rodean", dicen Forcada y Lardiés. Otras 'ovejas negras' son Javier López Madrid (uno de los grandes amigos del Rey en apuros, hoy de mucha actualidad) y el ex jefe de la Casa, Rafael Spottorno.
Los autores retratan, tras muchos meses de investigaciones y conversaciones con numerosas personalidades del ámbito cultural, político y social, cómo son los hombres y mujeres con los que los Reyes se relacionan. No sólo los que andan con problemas. Uno de los capítulos más interesantes y novedosos en su conjunto es el que los periodistas han contado al detalle quiénes son los defensores pretorianos de Don Felipe, es decir, los hombres del Rey. Jaime Alfonsín, nuevo jefe de la Casa, se revela como un hombre que jamás se ha entrometido en los asuntos amorosos de Don Felipe: nunca se opuso a la relación de éste con Eva Sannum. Jordi Gutiérrez, responsable de las relaciones con los medios, destaca por su buena relación personal con ellos, en especial con Letizia.
Los amigos más fieles
En esta nueva obra sobre los Reyes, también hay sitio para los amigos más fieles. Pedro López Quesada y Cristina de Borbón-Dos Sicilias son los grandes compañeros de Sus Majestades. En Mallorca el cicerone de cada verano es el cantautor Jaime Anglada y su esposa. Y, cómo no, siempre hay tiempo que dedicar a su pandilla de Los Rosales con los hermanos Fuster a la cabeza. Don Felipe sigue estando muy unido Álvaro, casado con Beatriz Mira. Al parecer, según los autores de “La corte de Felipe VI”, algunos de estos círculos de amigos más pijos de don Felipe no comulgaban ni con los orígenes ni con la forma de ser de la Reina Letizia, a quien, con mala baba, apodaban “la chacha”.
El portugués Pereira Coutinho también tiene su cota de (misteriosa) presencia en la corte. Una corte a la que Letizia también aporta su parte proporcional con sus amigas de CNN Plus, Cristina Palacios, Ana Prieto, Almudena Bermejo -la más veterana- y Gina Montaner . La Reina también cuenta con su Alfonsín particular, en su caso es José Manuel Zuleta y Alejandro, su jefe de secretaria y un gran confidente. Por estas cosas, el libro de Daniel Forcada y Alberto Lardiés es un glosario imprescindible de las aventuras y desventuras de los Reyes y sus circunstancias: las intrigas palaciegas.
Los motes de Letizia
En el libro se describe la animadversión del heredero a la palabra 'campechano', tan utilizada para definir a su padre. También la crisis matrimonial de los entonces príncipes, donde hubo quien echó más leña al fuego en vez de ofrecer extintores. Se habla de los amigos pijos que ninguneaban en aquellos primeros años de noviazgo a Letizia, a la que en tono despectivo llamaban ‘la periodista’ o ‘la chacha’. Algunos de ellos, como relatan Forcada y Lardiés, ya no forman parte del círculo familiar de los Borbón-Ortiz y otros no son del agrado de la Reina, pero Felipe los sigue tratando en solitario. Hay en el libro un capítulo muy revelador de estos afectos y de cómo Letizia también hace su vida con sus amigas. El núcleo más de fiar esta formado por los compañeros de las academias militares, con los que el Rey mantiene una estrecha relación, tanto con ellos como con sus mujeres. A la Reina también le gustan.
Letizia, con su forma de ser y su carácter, tampoco lo ha puesto fácil. En el libro se cuenta que los amigos más elitistas de Felipe se referían a ella como “la chacha” cuando empezó el noviazgo y pensaban que eso sería un romance pasajero
Los autores también describen cómo funciona la comunicación en Zarzuela y analizan el papel de los distintos jefes de prensa y sus colaboradores. “Don Juan Carlos había encomendado a Iribarren como una de sus principales tareas dar a conocer a la opinión pública las bondades de los príncipes de Asturias. Pero ambos seguían enfadados con la marcha de Jordi Gutiérrez y recibieron a regañadientes al nuevo responsable de comunicación. En ese contexto de cierta tensión, propusieron a Iribarren que nombrase como su segundo de a bordo a un conocido suyo y llegaron a enviarle el currículum del susodicho. Su favorito era un periodista que se dedicaba a las nuevas tecnologías, a veces escribía en 'El País' y residía en Barcelona. En cambio, Aza e Iribarren concluyeron que este fichaje era una idea disparatada. Y se decantaron por contratar a Javier Arenas, exdirector de Radio Nacional, para inicial disgusto de los hoy Reyes.
Aquel nombramiento de enero de 2010 se ha revelado acertado, teniendo en cuenta que Arenas ha continuado en la casa como mano derecha del propio Iribarren primero, de Javier Ayuso después y ahora, en el nuevo reinado, de Jordi”.
Se narran situaciones de tensión extrema por el caso Nóos. De cómo Spottorno, jefe de la casa en aquel momento, le exige responsabilidad a Urdangarin. “Se negaba a participar en una estrategia para salvar los muebles en la medida de lo posible. (…) El jefe de la casa supuró sangre, lágrimas y sudor por los poros para hacer entrar en razón al duque enrocado en sus posiciones. Estuvo varios días quitando y poniendo párrafos hasta que Spottorno le dijo: ‘Mira, o sacas ese comunicado ya o yo cuento todo’. O de la pasada situación de Don Juan Carlos, al que presentan como “un hombre dedicado en su ocaso a la buena vida y que en los últimos años estaba enamorado como un adolescente de la alemana Corinna”.
En el libro se cuenta, como ya queda dicho, que los amigos más elitistas de Felipe se referían a ella como 'la chacha' cuando empezó el noviazgo y pensaban que eso sería un romance pasajero. No lo ha tenido fácil con ellos ni con Don Juan Carlos y sus hombres de confianza. Pero ella tampoco ha sido nada fácil. A altos cargos de la casa les decía, siendo ella princesa, que qué tramaban desde Zarzuela, como dando a entender que ella era víctima de no se sabe qué conspiraciones internas dentro de palacio. Tampoco lo ha puesto fácil cuando ha marcado sus parcelas entre vida pública y privada y no se ha dejado aconsejar por los que estaban dentro y a su lado, o cuando se fue un verano de Mallorca, dejando allí a Felipe y sus hijas, porque no quiso estar más días de los apalabrados en Marivent. Aquella estampida veraniega dio a entender, y así era, que había una crisis en la pareja importante. También cuentan cómo, por ejemplo, el cese de Jordi Gutiérrez en 2009 -actual responsable de prensa- y el fichaje de Ramón Iribarren para la dirección de Comunicación de Zarzuela fue entendido por ella y por Don Felipe como una traición hacia ellos orquestada desde el entorno de Don Juan Carlos. Son algunos ejemplos de lo difícil que ella lo ha tenido o de lo difícil, también, que ella lo ha hecho. Con los amigos de la vela de Felipe la relación es major, pero, igualmente, en esos círculos tampoco se entienden algunos de sus desaires hacia Mallorca o el mundo de las regatas, por citar otro ejemplo.
La Reina Sofía
Felipe ha sido siempre el ojito derecho de la reina doña Sofía. De ella, todas las fuentes consultadas coinciden en señalar que siempre le ha tenido muy consentido. Queda muy claro cuando se ven los problemas que generó en la casa el noviazgo con Letizia Ortiz. Ahí Sofía siempre estuvo de su lado frente al Rey, que no estaba dispuesto a dar su autorización. En ese pulso, Felipe planteó una especie de golpe de Estado y se largó a Estados Unidos con Letizia dejando pasar el avión de vuelta que le debía haber llevado a la recepción del 12 de octubre de 2003. Ahí Juan Carlos entendió que había perdido el pulso frente a Sofía, Cristina y Elena, que le pedían que se ablandase. Felipe, igualmente, ha heredado de ella -de Sofía- su carácter de perfecto profesional, muy atado al guión de lo que se espera de su cargo y completamente alejado de la campechanía que ha caracterizado a Juan Carlos.