CUATRO LIBROS SOBRE EL PODER POLÍTICO EN LA ESPAÑA ACTUAL

Lo único que cuenta es el poder, la fuerza desnuda y despiadada. Cuatro libros recientes confirman este principio ancestral desde distintas perspectivas: ‘Las cosas como son‘, de Carlos Solchaga, que lleva como subtítulo ‘Diarios de un político socialista”; Pilar Urbano, autora del primer libro sobre la trama Nóos, “La pieza 25, operación salvar a la Infanta” en la que desgrana los movimientos desde la Casa Real para intentar salvar a la Infanta; la periodista Gloria Lomana presentó "Juegos de poder", en el que habla de la relación entre comunicación y poder, destacando la necesidad de "limpiar la información de la mentira y la manipulación". Y, finalmente, el nuevo libro de Jáuregui y Quevedo, ‘El desengaño’,  donde abordan la reforma de la Constitución y el escenario tras el 21-D.

Carlos Solchaga

El libro ‘Las cosas como son‘, de Carlos Solchaga, que lleva como subtítulo ‘Diarios de un político socialista (1980-1994)‘ fue presentado en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. El acto contó con la participación de Felipe González y de Santos Juliá, y asistieron un gran número de compañeros de Solchaga en los Gobiernos socialistas, entre otros, Pedro Solbes, José Luis Corcuera, José María Maravall, Joaquín Almunia, Cristina Narbona y Josep Borell. La presentación del libro sirvió como excusa para charlar sobre las vicisitudes de aquellos años en los que fueron protagonistas, y reflexionar sobre los Gobiernos socialistas de entonces.

Carlos Solchaga no cree en la justicia con los hombres públicos, ni espera grandes homenajes. "Es como el alcalde que deja la ciudad inundada de deudas pero con placas por todos lados: ese el alcalde modelo. Nadie piensa en el alcalde que viene después y tiene que asumir sus deudas. Yo quiero ser recordado por la coherencia, entre lo que pensaba y lo que había que hacer para modernizar la sociedad española y homologarla a Europa", dijo.

Es el relato frío, desapasionado y casi funcionarial de un hombre público que sirvió al Estado. Un diario de más de 600 páginas en la que se relata el día a día de un superministro socialista. Y eso que tuvo que quitar cosas, asesorado por su mujer, Gloria Barba, que "es mucho más sensata que yo". Y llama la atención leer en las páginas más descarnadas de este diario la enorme soledad de este político socialista incomprendido por la oposición y por su propio partido, zarandeado hasta la extenuación por el movimiento obrerista, la UGT y el ala guerrista del PSOE. En un diario carente de retratos personales, el único que se lo gana a pulso es su enemigo íntimo, Alfonso Guerra:

"Alfonso Guerra parece necesitar permanentemente el halago a su inteligencia política y, lo que es peor, el reconocimiento de sus grandes dotes, de las que presume constantemente. Si se aceptan sus reglas de colaboración, se comporta luego, cuando su inconmensurable vanidad no está en juego, como un jefe amable y dedicado. Es muy distinto de Felipe González, que no parece necesitar el halago de sus colaboradores ni le importa reconocer que aprende de unos y otros cosas luego le son útiles".

El 19 de marzo de 1992 Carlos Solchaga prometía en el Congreso querer llegar hasta el final de las investigaciones del caso Ibercorp "con todos los medios legales a su alcance". El entonces ministro de Economía aseguraba que "no ha habido nada ilegal en el comportamiento del gobernador del Banco de España, Mariano Rubio. Leyendo estos diarios, nos damos cuenta que Solchaga estaba defendiendo a Rubio por mandato de González, cuando lo ideal para él hubiese sido admitir la renuncia de su amigo: "Mariano Rubio presentó su dimisión pero González no se la acepto, porque en cuatro meses acababa su mandato. No respaldé su decisión, pero la defendí a muerte en el Parlamento. Rubio no nos dijo toda la verdad a Felipe y a mí sobre Ibercorp".

"Cataluña va a costar bastante. Todavía no sabemos la factura final. Pero va a representar una vacuna, al igual que el 23-F. Aunque sean falsamente heroicos, se ha demostrado que son imposibles de seguir si no es por la vía de la negociación. Hay una razón para pensar que lo que le cuesta la huida de las empresas a Cataluña tiene ya un carácter irreparable. Porque si tú tuviste que cambiar la sede de un banco ante el temor que te cambiaran las reglas de juego, lo normal es que ya no vuelvas a instalarte allí. Una parte de ese coste supone un beneficio para otra parte de España. Los mercados están deseando saber que este problema ya está reconducido. España, hasta que llegó la crisis, es un caso de éxito económico".

"En 30 años la renta per cápita se duplica, el PIB crece de forma espectacular y se suma a liga de los países modernos. Y Cataluña ha sido parte de este éxito. Los catalanes no han querido asumir los costes de la Transición. Yo no digo que Cataluña no puede ser viable si se independiza, pero eso sólo podría ocurrir por arte de magia, porque desde el minuto uno se queda fuera de España y de la UE; en segundo lugar, estáis quebrados, cuando sumas la deuda emitida por la Generalitat, más el 20 por ciento de la que ha emitido el Estado español, ya tenéis una deuda superior al PIB; tercero, sois bono basura, el mercado no os tiene en cuenta, y no disponéis del paragua del Banco Central Europeo y de la UE, lo que te condena a ser un país periférico y sufrirías una salida de capitales significativa. Por eso la independencia no es ni de lejos algo factible"

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Pilar Urbano

Pilar Urbano eligió Mallorca para presentar su libro titulado “La pieza 25, operación salvar a la Infanta”. Y la conocida escritora contó al público lo que narra en su obra y lo que no escribe, como episodios que se produjeron durante el juicio. Urbano explicó que en este libro ha intentado contar lo que pasó "delante, pero sobre todo detrás del caso Nóos". Y después de una larga investigación, con cientos de entrevistas con los grandes protagonistas del caso, su conclusión era evidente: "existió una trama para salvar a la Infanta".

La escritora no esconde su admiración por el juez  y en cierta forma también reconoce el trabajo inicial que hizo el fiscal Horrach. Sin embargo, cree que fue "quien escribió la hoja de ruta de la operación para salvar a la Infanta y al final lo consiguió". Para la escritora, "el caso empezó como un duelo entre dos togas (juez y fiscal) y terminó con un complot del Estado para salvar a la Infanta". Urbano no evitó un solo adjetivo cuando criticó con dureza la figura de Cristina de Borbón y de su marido, Iñaki Urdangarin. Y tras pasar días y días analizando lo ocurrido, la escritora lo tiene muy claro: "la Infanta se hizo la tonta, porque tiene el aprendizaje de su padre, que durante 25 años se hizo el tonto ante Franco".

Para la escritora, el yerno del Rey Emérito se dejó llevar por su ambición y logró éxitos empresariales gracias a la ayuda de su suegro. "No logró entrar en la Universidad de Navarra por su bajo nivel de inglés y de matemáticas y, de pronto, se convierte en asesor de varias multinacionales. De la nada, pasó a saber de todo", detalló la autora de este libro. En la presentación no guardó una sola crítica hacia la Casa Real y hacia la figura del anterior monarca en esta trama para evitar que su hija se sentara frente a un juez. "Se lo ordenó al presidente del Gobierno y a las primeras autoridades del Estado. El Rey no gobierna, pero sólo levantando la ceja demuestra que sí manda".

La mujer que ha escrito varios libros sobre episodios que han marcado la historia de España, tiene muy claro que detrás del enriquecimiento fulminante del matrimonio Urdangarín-Borbón está la figura del Rey Juan Carlos. "Estaba detrás de todo y enterado de todo. Pero no es culpable por haber intentado ayudar a su hija, el culpable es el que ha cometido el delito". Contó un encuentro que se celebró a los inicios del escándalo, en el que el Rey intervino para buscarle un abogado a su yerno para que le asesorara. Pidió ayuda al letrado Ignacio Oliva. "Cuando estuvo delante del Rey les dijo que para solucionar el caso tendrían que pagar dinero porque Urdangarín se había aprovechado de los fondos públicos. Pero el marido de la Infanta no quiso reconocer que había cometido ningún delito, como tampoco hace ahora su esposa".

Urbano, ante otra pregunta del público, recordó el "préstamo o donación" que el Rey Juan Carlos realizó a su hija, facilitándole 1,2 millones para que se pudiera comprar el palacete de Barcelona. "¿Alguien ha explicado nunca de dónde venía ese dinero?", planteó la escritora, que recordó que el actual Rey Felipe fue el primero que le cuestionó a su hermana el alto nivel de vida que llevaba, poco acorde a su nivel de ingresos. "Si la Infanta y su marido estaban viviendo como reyes, ¿qué necesidad tenían de montar lo que montaron?. La palabra que lo explica es la codicia, porque Urdangarín no quería ser “el marido de”. Tengo muy claro que la Infanta sabía, conocía y consentía todo lo que estaba realizando su marido".

Gloria Lomana

"Juegos de poder", la primera incursión en la narrativa de ficción de esta periodista, fue presentada en un acto celebrado en la Biblioteca Nacional de España junto a los periodistas Carlos Herrera e Iñaki Gabilondo. Una novela editada por Espasa, en la que Lomana cuenta la historia de un empresario de la comunicación todopoderoso que traspasa los límites cuando pone en jaque al Gobierno y a las instituciones democráticas, mientras los servicios de inteligencia del Estado le siguen los pasos. Un empresario que utiliza periodistas para crear a su capricho la opinión pública que más le conviene y que le ha servido a Lomana para advertir "de los riesgos que se pueden correr si se usa mal el periodismo".

La autora, directora de informativos de Antena 3 entre 2003 y 2016, ha considerado que el periodismo es la profesión más bella del mundo "siempre que no se desvíe por los vericuetos de invadir otros poderes del Estado". Su novela, explicó, es una ficción inspirada en hechos reales que no habría podido escribir hace 20 años, pues en ellos ha acumulado experiencia y aprendizaje.

Iñaki Gabilondo señaló que confiaba en que este "thriller" sea "una caricatura en lugar de un reflejo de lo que pasa" en la realidad, un libro que plantea la pregunta de si el periodismo puede "ser capaz de dominar el tigre que son las redes sociales desatadas y la postverdad". En estos tiempos de "estupor", el deber del periodista es hacer lo mejor posible su trabajo.

Carlos Herrera, que consideró que la novela de Lomana es un "retrato de aquellos que pretenden controlar los poderes del Estado en su beneficio”, agregó: "me he preguntado si lo conozco (al protagonista) y les diré que creo que sí, pero lo dejaré ahí". El libro describe el periodismo como algo imprescindible en el ecosistema social, señaló Herrera, que aseguró también que los periodistas son "víctimas de la prisa".

“¿Hay vida después del 155?”.

La pregunta, en referencia a lo qué ocurrirá en España a partir de ahora o, mejor dicho, a partir del 21 de diciembre, cuando las elecciones catalanas arrojen una nueva realidad en esta comunidad autónoma y en el resto del país, se lanzó durante la presentación del nuevo libro de los periodistas Fernando Jáuregui y Federico Quevedo, ‘El desengaño’ (Almuzara). La presencia de cuatro dirigentes políticos nacionales de las principales fuerzas parlamentarias llevó sin remedio al debate sobre el futuro que vendrá para la sociedad española tras la mayor crisis institucional y política de la democracia.

La reforma constitucional fue uno de los platos fuertes pero, como viene siendo habitual, no obtuvo ninguna conclusión común entre los presentes. El vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado, reconoció que la formación del Gobierno no tiene pensado hacer ninguna propuesta de reforma de la Carta Magna. Eso sí, aseguró que no son “inmovilistas” y, por eso, no se opondrán a debatir si otro partido toma la iniciativa. Lo que los populares tienen claro es que lo más importante es “ver qué quiere cambiar cada fuerza política” y recordó que es posible “hacer reformas que todos queremos” (como el Título VIII relativo a las competencias transferidas a las autonomías) sin ir a una reforma gravada; es decir, sin abrir el verdadero melón constitucional. “La pregunta que tenemos que hacernos es si realmente merece la pena abrir en canal el sistema de 1978”.

La respuesta la dio rápidamente la diputada de Podemos Carolina Bescansa. En su opinión, “no queda otra opción” que reformar la Constitución porque “el régimen del 78 se ha destruido a sí mismo” y toca ya decir qué se va a cambiar y ponerse manos a la obra. Precisamente, la portavoz parlamentaria socialista, Margarita Robles, en presencia de la diputada del PSC Meritxell Batet, mostró su desacuerdo con la postura de los populares y criticó la falta de disposición del Gobierno para emprender un debate necesario.

Los populares dejan claro, el mismo día de puesta en marcha de la comisión de revisión del Estado autonómico, que este órgano no tiene por qué ser la antesala de la modificación de la Carta Magna

Sobre todo tras el ‘pinchazo’ sufrido por la comisión del debate territorial constituida en el Congreso a raíz de una conversación mantenida entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, de la que los socialistas interpretaron que habría un acuerdo para abrir la Carta Magna. El secretario general del grupo parlamentario de Ciudadanos en la Cámara Baja, Miguel Gutiérrez, insistió en que el objetivo no puede ser “dinamitar nuestro Estado de derecho”, sino “actualizar la Constitución como demanda la evolución de la propia sociedad”. Ante la posibilidad de que se planteara la llegada de una segunda Transición, Casado trató de dar carpetazo a la postura de Podemos: “Yo no creo en ella, precisamente por respeto a la primera. Transición solo hay una”, zanjó, insistiendo en la importancia de reivindicarla por “su acierto y generosidad”.

De vuelta a la cuestión catalana y la aplicación del artículo 155, la campaña del 21-D se hizo notar con poco disimulo. La formación centrista, que desde el primer momento insistió al Ejecutivo de Rajoy en dar ese paso, se mantuvo firme en su postura. “El 155 es una herramienta que está en nuestra Constitución y que permite tener una respuesta legal ante una amenaza como la ocurrida, que es un asalto a la democracia. Ni más ni menos", recalcó Gutiérrez. El representante del Gobierno insistió en la importancia de no “demonizar” el célebre artículo, como tampoco “divinizarlo”, y reivindicó la decisión tomada por Rajoy, refrendada por el Senado y apoyada por PSOE y Ciudadanos. “Es lo que había que hacer para devolver las libertades y la democracia en Cataluña”.

Muy lejos de ese escenario se situó Bescansa, en pleno debate interno en su formación sobre la deriva tomada por su propio partido en Cataluña. La diputada morada quiso poner el acento en que “la crisis territorial es de España y no solo de Cataluña” y reiteró que, en su opinión, la de esta comunidad autónoma es “una crisis política”. Bescansa no dudó en afirmar que la Constitución debe ser siempre “una solución y no un problema” y, por eso, volvió a defender la necesaria reforma de la misma para “avanzar hacia una España más cohesionada”.

La portavoz de los socialistas aprovechó el título del libro que se presentaba para reconocer "el desengaño” que percibe de los ciudadanos con los dirigentes políticos. “Hay un divorcio entre la clase política y la sociedad” y eso “debe cambiar”. Robles no dudó en poner el acento en los “dirigentes nefastos” que Cataluña ha tenido en su Govern durante años, y reconoció el “optimismo” que encuentra en la nueva cita con las urnas el día 21 de diciembre. “La sociedad no se merece los dirigentes que ha tenido, está muy por encima de todos ellos”.

Los debates que debe afrontar España para superar los retos del futuro están sobre la mesa. Lo que sigue faltando es entendimiento entre las distintas fuerzas, dada la aritmética parlamentaria precisa, que pasa necesariamente por amplios acuerdos políticos. Ya no se trata tanto de ideologías, según dicen los autores del libro, Jáuregui y Quevedo, que reconocieron incluso desconfiar de sus propios sentimientos: “Ya no sé si soy de izquierdas”, “ni yo si soy de derechas”.

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