Sensaciones en Sigüenza: Jazz, vino y gastronomía

Por Javier Atance

Cuando uno llega a Sigüenza, abre bien los ojos, se recrea en la contemplación de sus monumentos y paisajes desde el pinar a la campiña, disfruta del silencio de sus piedras, de la historia congelada de cada uno de sus rincones, respira sus aromáticos paisajes, saborea aromas y texturas en su variada oferta gastronómica… pero este año han introducido una bonita experiencia que ojalá pueda repetirse todos los años como en el pasado puente de mayo, donde idearon la unión de jazz, vino y gastronomía con el título de “Sensaciones en Sigüenza”, con tres conciertos:

  • 1 de mayo: Vicente Borland
  • 2 de mayo: Jazz Sister
  • 3 de mayo: Santos Moreno y la Big Band de Pinto.

La música de jazz pudo saborearse en la ciudad del Doncel en un nuevo escenario, el de “El Pósito”, donde se apreció en un nuevo marco de piedra a la vieja usanza que le imprime ese sabor antiguo que predomina en Sigüenza. Es y esperamos que siga siendo, un motivo más para conocer y disfrutar de uno de los pueblos más bonitos de España.

El jazz es más que un estilo o una colección de estilos, es una actitud ante la música, una forma de sentirla, una forma de interpretarla, una manera de interiorizarla, incluso una experiencia “religiosa” para algunos... Me gusta el jazz porque es la música que aspira a la perfección, cada interpretación es única e irrepetible, ya que su nota más característica es la improvisación.

Los músicos de jazz saben mucha música y conocen todas las reglas que regulan una obra musical y los secretos para componer. Tardan años y años en conocerlos y dominarlos y todo, ¿para qué?: Para poder romperlas e improvisar sobre ellos cambiándolos con conocimiento de causa.

Y esta experiencia lúdico-musical-gastronómica, no pretende ser competitiva ni aspira a un ranking de quien es el mejor. Por el contrario, quiere ser una fiesta donde todos compartamos nuevas emociones a través de sus interpretaciones y luego las reguemos con un buen vino disfrutando de unos menús especiales creados para cada uno de los conciertos.

Este espectacular montaje fue posible ya que Sigüenza cuenta con una excelente oferta hostelera apoyada en dos pilares básicos: la calidad y la diversidad. Se contó con la colaboración y participación de los siguientes establecimientos seguntinos, cada uno de ellos con su oferta gastronómica especial para este evento:

• KOI Eventos (Atrio).

• Molino de Alcuneza.

• Gurugú de la Plaza.

• Hostal El Doncel S.L.

• Restaurante Calle Mayor.

• Tropel Azul S. L. (La Antigua).

• Restaurante “La Granja de Alcuneza”.

• Taberna Seguntina S. L.

• Bar Alameda.

• Café París.

• Bar Anya.

• Restaurante Sierra Ministra.

Para todos ellos, cocinar es emocionar, transmitir sensaciones, y hacer disfrutar y todo eso va mucho más allá que el hecho de alimentarnos, que está muy bien, pero disfrutar de lo que comemos y valorarlo…, es un plus y un detalle de nuestra cultura y civilización. La cocina seguntina elabora platos con raíces tradicionales combinando productos de la tierra como materias primas únicas, por eso, el resultado de esos platos salta a la vista, al olfato y al gusto.

Con los establecimientos hosteleros seguntinos, cuando se entra en ellos por primera vez, ocurre como en esos establecimientos en nuestros veraneos que no conocíamos, donde entras accidentalmente y cuando te sirven un pincho y lo pruebas te gusta tanto que pides inmediatamente una ración y cuando te la comes, preguntas enseguida si se puede comer allí porque es irrefrenable el deseo de degustar todo lo que pidamos de su carta.

Como ejemplo, adjunto los tres menús concretos que para estas jornadas de jazz elaboró Enrique Pérez, el innovador chef del Restaurante “El Doncel”, de reconocido prestigio y visita obligada para quien quiere recordar una experiencia gastronómica diferente e inolvidable.

Menú Jazz “Vicente Borland”

PRIMEROS ACORDES:

  • Papel de arroz al curry.
  • Aceitunas Kimbo rellenas de gel de vermouth y campari.
  • Piruletas de queso manchego y orégano

LA PARTITURA:

  • Carpaccio de corzo, aceite de verdeja y helado de tomillo.
  • Lomo de bacalao confitado a baja temperatura y pisto manchego.
  • Taco de buey, mantequilla de ajos negros y patata a la canela.
  • Bizcocho borracho y crema de arroz con leche con helado de caramelo.
  • Pan artesano (blanco y nueces).
  • Café.
  • Dulces caseros.

Menú Jazz “Jazz Sister”

PRIMEROS ACORDES:

Los mismos del menú anterior.

LA PARTITURA:

  • Ensalada de codorniz en escabeche aromático y asadillo de pimientos.
  • Turbante de lubina y langostinos al gratín ahumado.
  • Solomillo de ternera, cremoso de y hongos y timbal de patata.
  • Tortita de fresas y helado de frutos rojos.
  • Pan artesano (blanco y nueces).
  • Café. - Dulces caseros.

Menú Jazz “Santos Moreno y La Big Band de Pinto”

MENÚ DEGUSTACIÓN ¡SABORES DE AYER Y HOY!

  • Aperitivos y snacks.
  • Croqueta de hongos y jamón ibérico.
  • Torrezno 4X4 ¡Crujiente por los cuatro lados!
  • Sardina ahumada, foie y orejones.
  • Stick de chipirones en su tinta.
  • Piruleta de queso con sésamo y orégano.
  • Aceituna Kimbo y gel de vermouth.
  • Papel de arroz y curry.
  • Migas castellanas, (panceta, chorizo, uvas y huevo).
  • Cabrito asado a la manera tradicional con su patata panadera.
  • Cremoso de queso, membrillo y helado de miel.
  • Café y dulces caseros.
  • Pan artesano.

El resto de los restaurantes y establecimientos hosteleros seguntinos citados tenía sus propios y sugerentes menús que es imposible, por su extensión, reseñar aquí, pero quede constancia de su calidad y originalidad.

Todos los menús de las ofertas de los diferentes restaurantes seguntinos en este Festival de Jazz Gastronómico estuvieron armonizados con las sugerentes notas de jazz de los vinos de tres bodegas de gran prestigio y reconocimiento:

Bodegas Azpilicueta:

  • Azpilicueta blanco.
  • Azpilicueta tinto.

Bodegas Hermanos Alberto Gutiérrez:

  • Blanco Rueda de Alberto.
  • Blanco Monasterio de Palazuelos.

Alejandro Fernández Tinto Pesquera:

  • Tinto El Vínculo y Alejairén de la Mancha.

Y es que como decía el gran director italiano Federico Fellini: “Un buen vino es como una buena película: dura un instante y te deja en la boca un sabor a gloria; es nuevo en cada sorbo y, como ocurre con las películas, nace y renace en cada saboreador”.

Otras localidades como Medinaceli, hacen eventos similares, pero con la Ópera como motor, pero eso lo contaremos en un próximo artículo.

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